El Trabajo: Los explotados en Bolivia

Mi primer artículo en 2013 quiere tocar tu espíritu trabajador. Qué piensas que es el trabajo? Cómo te relacionas con él? En América Latina los frutos del trabajo se ven claramente, y nos muestran cual es el concepto básico que las personas de cada país en América maneja como “mi trabajo”.

El trabajo en AL (América Latina) se maneja de formas diferentes. Cuando llegas a ciudades como Lima, Buenos Aires, Santiago o La Paz, te das cuenta de la diferencia en resultados. Para mi como Boliviana, aceptar la realidad de que mi país es el último en el cono sur, tenia que hacer sonar una campanilla para ver porqué el trabajo tiene tan diferente resultado en cada una de estas capitales. Es que en todas las capitales de AL el trabajo es hecho en equipos, y la gente tiene orgullo de pertenecer a una empresa. En La Paz (y por tanto en Bolivia), en general eso no sucede.

El trabajo en Bolivia se maneja a nivel de las personas como “los trabajadores son explotados”. Esta frase ha calado tanto en la vida personal del boliviano común, que hoy por hoy encuentras que los barrenderos de las calles, solo alzan la mitad de la basura a su paso porque “la empresa los explota” o a empleados privados y públicos por igual que se llevan incluso el azúcar que la empresa pone para su café, porque consideran que la empresa “los explota”.

Así, el “trabajo de los explotados” en Bolivia termina por crear una realidad impactante de pauperización de las empresas. A pesar de tener más plata que nunca dentro de la economía, los trabajos que se han creado no han prosperado como han prosperado en Lima, Buenos Aires o Santiago. Es que en La Paz, Santa Cruz o Tarija, la gente intenta trabajar de forma “independiente”. Prefiere sentarse en la calle sin ningún beneficio social, vendiendo 20 artículos por día, con tal de no hacer “rico a algún empresario explotador”.

Será realmente tan explotador el empresario boliviano, que no es merecedor de contratar gente porque la explota terriblemente? No creo. Claro que no es una blanca paloma y claro que no existen reglas claras para que el trato del empresario con sus trabajadores sea mejor. Pero por norma general, los micro empresarios y los informales, son los más explotadores. Explotan a sus familias, se explotan a si mismos, y crean trabajos cruelmente informales en los que los pocos trabajadores que existen, deben aguantar o muchos no aguantan, sino que roban todo lo que pueden de la microempresa y se van cuando piensan que se les va a “pescar”.

Esta idea de que el trabajo en empresas te convierte en “explotado” no existe en las demás ciudades de AL. Solo en Bolivia la izquierda ha conseguido hacer que toda la gente trabajadora se sienta “explotada” y por tanto con autorización para no trabajar y ejercer el micro robo con todo cinismo.

¿Qué hacemos? ¿Cómo hacemos que la percepción del trabajo cambie? Porque está claro que por los resultados que hemos tenido, nuestro trabajo, por más duro que sea y por más dinero que exista en la economía, no dará frutos como los que vemos en las otras ciudades, donde el nivel de negocios es muy grande, la fabricación de productos, la industrialización de materias primas y las grandes empresas, son de mucha importancia, tanta, que se han superado niveles de pobreza anteriores de manera muy rápida y están tan bien organizados que hoy en día nadie habla de política, sino de trabajo, como debe ser, para recorrer el trecho que falta para dejar la pobreza atrás. Ahora son países emergentes, ciudades que intentan ser las mejores de AL, mientras que La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y todas las ciudades bolivianas, solamente intentamos salir del último lugar, pues no tenemos trabajadores que formen equipos efectivos para prosperar en el siglo XXI.

No me voy a quedar con mi opinión solamente. No me voy a quejar de cómo somos, a pesar de que yo no soy asi. Voy a proponer algo a los Bolivian@s: Hablemos del trabajo este año. Digamos cuándo nos explotan, digamos cómo nos explotan, y seamos íntegros al reconocer cuándo NO nos explotan y en realidad somos nosotros los que explotamos a nuestras empresas. Pongamos la temática del trabajo en la Agenda Social. El primer paso para cambiar nuestros trabajos, para que dejen de ser un castigo de informalidad, es conocerlos.