La mujer en la Sociedad a traves del tiempo.



La sociedad establece que la mujer sólo realice a través de su futuro marido, ya que ella misma no puede aspirar a una realización exitosa y por lo tanto, no puede llegar a obtener una independencia económica verdadera. Debido a esto su futuro depende de la elección del cónyuge que haga. Es natural, entonces, que se sienta tentada por esa facilidad tanto más cuando los oficios femeninos son muchos más ingratos y mal remunerados, todo lo cual hace del matrimonio una carrera más ventajosa que muchas otras.



La mujer soltera no podía realizarse en su condición de madre, ya que el estado de madre soltera se consideraba una vergüenza social, tanto para ella como para su familia y su futuro hijo.



Anteriormente la mujer soltera era un ser nulo, enclaustrada y dependiente del hogar paterno. No tenia vida propia, cuidaba hijos ajenos, tejía o cosía para ellos. No tenía derechos y a lo más que podía aspirar era realizar obras de beneficencia si quería ser útil a los demás y dar un sentido más elevado a su vida.



En la actualidad la mujer soltera dejó de ser el trasto inútil, que iba de un hogar a otro, se ha convertido en un ser dinámico e independiente. En el aspecto activo, se abren numerosas posibilidades para la mujer soltera. La joven actual debe desechar el fantasma de la soltería, conque se amenazaba a nuestras abuelas, hoy en la actualidad la mujer soltera ha dejado de ser la tradicional solterona amargada y frustrada para convertirse en un ser libre, trabaja, estudia, etc, porque su tiempo le pertenece enteramente. Hoy, las diversas circunstancias han invertido los papeles y es la mujer casada quien no tiene vida propia, se convierte en un ser anulado, presionada por la propaganda, cercada por la sociedad, por sus tareas domésticas y la maternidad exclusivista, termina por aceptar la personalidad limitada de mujer - hembra e identificarse con la imagen de la "feminidad" asignada para su sexo, acepta ser pasiva y dependiente, renunciando a todo intento de trascendencia.



En cambio el varón soltero no se realiza como padre en algunos casos pero no cumple una función dinámica que lo hace útil a la sociedad y le permite desarrollar su personalidad sin mutilaciones, además cuenta con la aprobación social de su libertad social y sexual. Es muy importante recalcar este factor, ya que es uno de los que ejercen más influencia para que la mujer le cueste alcanzar niveles más altos en su evolución dinámica.



La transformación que experimenta la joven emancipada y dinámica en la persona sometida en que se convierte al casarse y tener hijos, nos permite seguir el proceso por el cual la mujer se hace pasiva y advertir como carece de defensa ante la colosal maquinaria de la sociedad y la educación formativa.



La joven actual no ha tomado conciencia del problema femenino, está confusa y no advierte con claridad el futuro que le espera; sólo vive su presente, se siente libre y todo a sus alrededor contribuye a ello. Pero su libertad y su igualdad son como pompas de jabón brillantes, pero efímeras, que se desvanecerán al hacerse adulta y asumir las responsabilidades de su vida.



Los jóvenes engañan fácilmente y creen poseer ilimitadamente la irresponsabilidad y promesas propias de la juventud. Se los consienten, se creen importantes, pero cuando se convierten en adultos y debe concretar esas promesas, cuando se pesa y se mide el valor verdadero de cada individuo, los caminos se bifurcan para los sexos y mientras el muchacho puede o no concretar esas esperanzas, la joven pasa a ser nada en sentido de la realización individual, absorbiéndose por su papel de madre – esposa.



Todo lo que fue gracia pasa a ser desgracia, todo lo que se le aplaudió es ahora reproche, debe cambiar de gustos, de personalidad; su inteligencia y su preparación que antes se le alababan, molestan; su libertad escandaliza; su alegría es inadecuada; su iniciativa nula; etc. Debe convertirse en sombra y eco del hombre que es su marido. Esta metamorfosis es penosa para ella y le exige sacrificios y renunciamientos.



El resultado de esta transformación es la mujer doméstica, femenina, sometida y anulada. Ello termina por aniquilar a la mujer sumisa y conflictuada a la rebelde, de allí la frustración, el resentimiento en que viven infinidad de mujeres demasiado sometidas para rebelarse y asumir actitudes de liberación y que, en muchos casos, toma formas un tanto grotescas porque al tener cerrados otros caminos se produce en ellas un vuelco a la frivolidad con sus lamentables consecuencias y, en la mayoría, la pasividad y el acatamiento a las nuevas normas con el total renunciamiento de todo intento de personalidad individual. Pero para la joven esto no se presenta con su clara realidad lacerante. Nadie sabe decirle con objetividad que elige y que rechaza al casarse. Por lo tanto la joven renuncia a su autonomía y se somete. Acepta junto con el matrimonio y los hijos, la rutina, la servidumbre domestica, la dependencia, la falta de libertad. Salvo que pueda ser lo bastante fuerte que al casarse exija no perder sus derechos y libertades que ha mantenido durante su soltería.



Por lo tanto, es necesario solucionar las tremendas barbaridades que se cometen con las mujeres para evitar su desequilibrio nervioso y su desubicación social, porque la mujer no sabe con certeza cual es el papel que le corresponde. Hay que evitar que maravillosos seres humanos dotados de condiciones y provistos de un mensaje callen y mueran como tales, por asumir el rol domestico, que junto con la maternidad exclusivista, les impone la sociedad.



Por obra de su formación y de la presión social la joven rebelde termina por aceptar como algo inevitable su destino femenino. "La joven entierra su infancia y al individuo autónomo que ha sido y entra sumisa en la existencia adulta".



Por regla general, cuando ello ocurre y se acepta ese destino femenino adulto "nace la mujer femenina" y muere el ser humano que había en ella porque muere toda posibilidad de trascendencia. "Todas vosotras moría a los 15 años". La joven que ambiciosa y soñadora termina por comprender que las puertas de la realización individual están cerradas para ella.



Observo que en el hombre su destino trascendente no le impide gozar de los hijos y del hogar familiar porque la mujer está cumpliendo las dos partes en el hogar común, cubre su papel para que el matrimonio no le impida al varón realizar su destino autónomo individual y su aspiración a la trascendencia. La mujer al casarse, en cambio, se convierte, sobre todo al asumir la responsabilidad de los hijos, a la mujer enclaustrada con una serie de derivaciones desfavorables para el desarrollo de su personalidad afirmativa.



Para que todo esto no ocurra tendría que cambiarse la formación social que rodea al hombre y a l a mujer y eso es lo que intentan hacer los movimientos femeninos.



Pero hay otro tipo de mujer actualmente que se realiza individualmente, es la mujer emancipada que aumentan cada día más. Aparentemente es el tipo de ideal de la mujer moderna, pudiendo despertar la admiración y la envidia de las demás mujeres ya que ha triunfado, se basta a sí misma, es independiente, incursionando cada día más en el ámbito laboral masculino, aunque en algunas oportunidades esto le ocasione dificultades que tratará siempre de superar

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