No puedo dormir



Le he dado a mi hamaca como 37 vueltas. Pero no puedo conciliar el sueño. Ni leche tibia. Ni aromática. Ni nada. Es que no puedo. Simplemente mi alma está intentando ir para allá donde siento que están mis amigos y no puedo conciliar el sueño. Allá están. Y los puedo ver y los puedo sentir. Casi los puedo tocar. Si tan solo conciliara el sueño iría a decirles que todo estará bien. Pero no puedo. Y no puedo porque todo no estuvo bien. No. No esta vez.





Y me duele el corazón. De verdad. Y mis lágrimas comienzan a recordarme que soy de agua. Que soy de sal. Que vengo de esta misma tierra que venís vos. Que vienen ellos. Que somos todos parte de unpedacitodel cosmos. De este universo. De otros. Y entonces miro al cielo. Pido ayuda. Los llamo. A los otros. A todos. A quienes también habiten donde sea. En esta galaxia o en otra. No importa. Pido ayuda. Le susurro a mis robles palabras de amor para por sus raíces vayan este mi mensaje hacia donde sus amigos. Y les digan que lo siento. Que muchos si lo sentimos. Que estamos con ellos. Que aunque para algunos esto parezcan avatares de la vida, para otros es la vida. Le imploro a las ninfas que vayan con ellos y lleguen aauxiliarlos.





No puedo dormir. Lo siento. Me siento. Y me acuesto y me ahogo en llanto. ¿Qué le diré a mi hijo? ¿Qué le dirá mi hijo a sus hijos y ellos a los suyos? ¿Que lo sentimos? ¿Que devastamos nuestros bosques? ¿Por una u otra razón? ¿Que no pensábamos que esto fuera a pasar? ¿Que no queríamos hacerlo? ¿Pero que pasó? No solo esto, sino todo el daño que le hacemos a los bosques enAntioquia? ¿EnColombia? ¿En el mundo? Y entonces siento el fuego en mi piel. Me abraza. Me quema. Y siento que si. Que esos que desde el lunes arden si son mis amigos. Los conozco. Los he visto. He caminado por estos bosques incansablemente. Es mi hogar. He recorrido SantaElenasin parar. La he visto cambiar. Y hoy es otra. Pero esos árboles los conozco. No importa si son estos o aquellos. Son los mismos. He visto volar esas aves. Reconozco el olor de esta tierra. Y me estremezco de saber que hoy ya nohuelea tierra.Porque yahuelea carbón.





Pienso entonces en quien elevó aquel globo. ¿Habrá sabido que es como disparar un tiro al aire? ¿Y que todo lo que sube baja? Porque tiene que saberlo. ¿Creerá que cae apagado? ¿O es eso parte del juego fuego que quema? ¿A ver qué quemo hoy? ¿Lo sabrá quienes legislan? Porque un globo al aire es lo mismo que un tiro al aire.Definitivamente. Es lo mismo. Creo que peor. Porque aunque cae una sola bala mueren muchos. Se mueren los bosques, se esconde el agua, se silencian los cantos. Se va la vida. Por mucho tiempo. Por mucho. Así es que elevar globos debería de dar cárcel. Debería de dar servicio ambiental. Deberían de poderse coger quienes lo hacen para que al menos por una solanochetengan que ser bomberos y tengan que apagar el fuego que otros causaron. Y así sentir en carne propia no solo la valentía de quienesdecididamentearriesgan su vida sino que sientan el fuego abrazador de este elemento tan poderoso. Tan particular. Tan simple. Y tan devastador.





Pienso en ti elevador de globos y quisiera saber si duermesplácidamenteen tu cama. Si están contigo quienes amas. Si estas sereno. Si tu cama es tu nido. Y si en ese nido te sientes a salvo. ¿Porque sabes? Hay miles que por ti, hoy ya no. Quisiera tomarte con mis manos y mirarteamorosamentede frente para quitarte el velo que no te permite ver. Teenceguece. Tu fiesta es hoy la tragedia. Tu diversión es hoy la muerte. Tu valentía es hoy la desdicha. ¿Duermes?Hazlo, porque cuando tú sepas que fuiste el causante de semejante tragedia, entonces no solo no podrás dormir, sino que la naturaleza en un acto recíproco te hablara en silencio. Te contará sus historias. Te susurrará al oído y escucharas los cantos y volaran para ti las mariposas y veras a aquelbarranqueroque perdió su azul y hoy ya es negro. Y lasarañitassaldrán de sus telas y te escribiránpalabras de amor con sus hilos invisiblesy el viento soplara fuerte para que hasta ti lleguen las cenizas de tu fiesta.





No puedo dormir. Porque mis amigos se vuelven las cenizas que van hacia ti y no era necesario. Ni tu fiesta, ni el globo, ni mis lágrimas, ni las cenizas que esta noche que debería ser lluviosa viajan con el viento devolviendo nuestros árboles a ese cosmos del que vinieron. Allá vamos todos. Pero te aseguro que todos los que se fueron por ti eran inocentes. Ese lunes 11 de mayo cuando tú elevaste aquel globo cientos de especies en los bosques se disponían a dormir . Los árboles descansaban de ese trabajo silencioso que hacen para nosotros. Las aves regresaban a sus nidos para estarcon sus polluelos, muchos mamíferos jugueteaban con con sus crías, las mariposas vagarosas se posaban haciéndole cosquillas a las hojas y muchos encontraron por última vez un lugar seguro. Ninguno te presintió. Ninguno. Y por ti todos se fueron antes de tiempo.





No puedo dormir. No puedo. No.









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