¿Me lo manda por güasá?



Yo solo seguí caminando. No quería romper la magia de aquel instante en donde lo que le enviarían a aquel desconocido podría ser cualquier cosa. Desde un pedido del trabajo hasta un mensaje de amor. Todo. Ahora todo cabe por ahí. Por güasá. Increíblemente. Cuando pensábamos que ya poco se podría superar, llegó esta nueva forma de comunicarnos. Todo es más fácil decirlo. O no decirlo. Todo se puede decir hasta con una carita, o un símbolo que transmite nuestro estado de ánimo, nuestros instantes, nuestra vida. Terriblemente. O increíblemente. Todo depende.



¿Me lo manda por güasá? Y yo antes que reírme simplemente me quedé detenida en el tiempo. Observé no hacia atrás donde estaba aquel hombre que llamó mi atención, sino hacia los lados. Y fue así como vi a un joven conduciendo sin despegar sus ojos de su güasá y una chica que sin siquiera mirar al frente de su volante sonreía ruborizándose. Ese güasá estaba como bueno pero fue así como sentí un dolor profundo por recordar aquella joven mujer que perdió casi toda su vida por un conductor ebrio, o la chica que cegó la vida de aquel ciclista porque simplemente por andar pegada de su celular no lo vio y este fue literalmente arrollado.



¿Güasá? Aunque útil y mucho, al igual que casi todo lo que inventamos tiene que tener un límite. ¿Llegará el día que nos detengan en un reten para revisar no que hayamos bebido sino que hayamos conversado por nuestro celular mientras conducíamos? Tal vez. Es seguro, porque no solo es una forma de captar recursos sino que espero sea una forma de disminuir accidentes.



Mi celular decía 1756 mensajes después de mis días de vacaciones con mi hijo en el Chocó. Si estas leyendo este mensaje y me enviaste alguno, debo decirte que no los leí. Me asusté. No supe cómo borrarlos porque estaba en una conexión que me encontré en la mitad de la selva a 200$ la hora de conexión. Y me conecté para decirle a mi mamá que estábamos bien. Porque maravillosamente mi Virgin tampoco funciona en la selva, aunque claro que me hubiera gustado poder al menos decirle principalmente a ella cómo estábamos.



Güasá se convirtió en el telegrama de hoy, en la telepatía que ya hace mucho no funciona, en la forma casi perfecta de estar conectados... Las relaciones son más rápidas. Se habla menos. Se mira menos a los ojos...Estoy un poco confusa con eso y por eso le exijo a quienes más amo que hablemos. Güasá me funciona pero con voz.



Y con vos, pero con vos no. Definitivamente no todo cabe por ahí. Es útil y mucho, por aquello de que los datos navegan más rápido que la voz. Pero la voz es la voz. Porque la voz es el ritmo, la entonación, el estado. La voz es esa poderosa forma de comunicarnos que evolucionó después de mucho y que aunque muchos silencian y otros callan, es al final la que nos permite al igual que una mirada, saber qué le pasa a los seres con quienes nos relacionamos. Es ideal en unas ocasiones pero dañino en otras. Perverso. Uno quiere decir una cosa y le entienden otra. Aunque este lo entendí y sólo por recibir mensajes así de mi hijo aún lo mantengo.

Like this story?
Join World Pulse now to read more inspiring stories and connect with women speaking out across the globe!
Leave a supportive comment to encourage this author
Tell your own story
Explore more stories on topics you care about