Desconectada



Así estoy. O al menos así me siento…y al principio fue una extraña sensación otra vez. Porque lo he estado muchas veces. Desconectada. Y así recuerdo cuando tomé una de esas decisiones difíciles que algunos tenemos que tomar en la vida…y me separé del hombre a quien le había dicho si ante Dios, ante mi familia y la suya.



Me desconecté de él después de muchos años de amor verdadero, de enamore hasta el dolor. De total entrega. Y debí soltar para desconectarme de aquello que me oprimía. Y descubrí con los años que no era él, sino la cultura en la que estaba inmersa. Porque cuando me monté en aquella avioneta que me llevó a la selva, mi espíritu se aliviano y quede por muchos años inmersa en la placidez de la desconexión. En una parecida a esta como en la que estoy hoy... Pero eso fue hace más de veinte años. Y los celulares eran gigantes y allá no había señal y el internet apenas podía ser un lujo de los países desarrollados y la comunicación con mi madre era a través de un radio de 40 metros al que tenía que ir cuando necesitaba hablar con ella o me llegaba una razón de que debía llamarla…no quiero imaginar lo que ella sentía. Que guapa! Yo aún cuando mi hijo va a ese lugar en donde lo engendré mi corazón se arruga….y eso que ya me puede enviar fotos de él surfeando y eso que me llama cuando las olas se lo permiten y eso que yo lo llamo y le dejo un mensaje de voz y eso que me chatea y me dice maaaaa….te quiero.



Desconectada. Así estoy. Sin celular de cuenta del agua. De esa que en el lugar más hermoso que he conocido de este Arví que seguimos buscando, decidió nuevamente desconectarme para devolverme ese placer de detenerme en medio de los grandes desarrollos para invitarme a recordar como fue. Como hice durante tantos años tantas cosas sin la inmediatez de decirlo todo y con caritas. Con símbolos que hoy son capaces de decirle al otro mi estado, lo que hago y no hago, donde estoy y con quien estoy, cuando voy y vengo. Cuando regreso y no regreso. Pues hoy, mi ausencia en ese mundo virtual, les dirá que estoy desconectada...



Desconectada. Así estoy y me siento agradecida porque quienes me necesitan encontraran la forma de hallarme y quienes no también. Decido nueva y conscientemente detenerme. Para pensar. ¿Es mi vida lo que comparto, como dice una mala publicidad por ahí? No, no es verdad. No hijo mio…no lo es…No les creas!!!! Créele al principito cuando te decía, no crezcas que es un engaño!!!!!porque esos que le dicen a las futuras generaciones que somos lo que compartimos, no les leyeron un cuento, no leyeron un cuento tocando un libro para que los personajes se les salieran caminando por sus manitos y se les subieran en el ombligo y les acariciaran sus mejillas. Tal vez a ninguno de ellos los durmieron sus padres leyéndoles un cuento o cantándoles una canción de cuna. Creo que los durmió su Ipad. Y confía en mi amor mío…a mi me durmieron los mejores Ipadres que pude tener. Y de ellos y de los libros viejos y desbaratados que teníamos de llevar en nuestra carpa por todas partes, se salieron esos duendes de los que después te hablé. Esa selva que después cobró vida y se te volvió tan real. Esas ballenas que como Moby Dick te tocaron primero en sueños y luego con toda la fuerza de sus almas…en nuestra lancha cuando apenas tenías un año y aún lo recuerdas como si fuera ayer.



Desconectada. Así estoy y así estaré hasta que San Juan agache el dedo. Y agradezco a quien me dijo que me extrañara…porque su palabras son dulces y amorosas…porque la belleza de poder expresar lo que sentimos con palabras no tiene precio para una sociedad que hoy pareciera callar la verdad. Una sociedad que decide que la gente consuma más de todo y gaste menos amor. Nos equivocamos. Completamente. Y dejamos de tocar nuestros corazones y nuestros cuerpos y dejamos de amarnos correctamente. Y perdemos sin que nos demos cuenta esos seres humanos que debemos ser y esos que deben ser los de futuro. Esos que cuidarán de nuestro planeta mientras volvemos si es que volvemos…



Yo quisiera volver. Y quisiera volver como lluvia, como río, como mar, como ballena, como tierra, como árbol, como águila, como viento…para poder ir a tantos lugares que voy en mis sueños y para tocar a todos quienes hoy tan conectados están desconectados de la esencia. De esa agua fresca y fría que me reconecta a cada instante y que hoy me regala el placer nuevamente del silencio interno. De esa voz que me habla en las madrugadas y me aprieta y me abraza y me sacude y me dice que hoy quienes me extrañen y a quienes yo extrañe encontrarán la forma de dejármelo saber…y yo asumiré el milagroso placer de comenzar esa comunicación que una vez tuvimos cuando la telepatía nos permitía encontrarnos y estar en donde teníamos que estar... siempre en el lugar perfecto y en el momento preciso. Nunca antes ni después...porque seguíamos nuestra intuición.



Desconectada de muchas cosas. Pero conectada conmigo y con quienes amo. Me es suficiente. Y sé que la niebla llevará mis mensajes como señales de humo a donde deben llegar….

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