Mi ventana



Tenía marco. Veía el mar. Era cuadrada. Yo me veía desde atrás. Tenia el cabello ondulado. Y el mar era azul. Muy azul…





Era mi ventana. Esa ventana que veo cada mañana. Esta que veo hoy. Esta. Qué privilegio. Qué inmenso placer…Qué ventana oh por Dios!!!!Cómo no agradecerte. A ti. A Darwin. A la evolución. A la mutación. A esta naturaleza que me abraza y me permite. A estos dos árboles que sostienen mi hamaca. A este frío que me acompaña desde temprano. A la tibieza de encontrarme a dos amigos en pleno monte tempranísimo mientras decido venir a este nuevo y hermoso lugar. Qué más podría pedir…¿hay algo más? si, tal vez, si. Que todos pudieran sentir esta inmensidad. Esta dicha y placer de sentirse uno con la naturaleza. Con la hojarasca, con el viento, con el agua que escucho allí cerca….





Y saltaste ardilla justo enfrente. Volaste. Me miraste mientras lo hacías. Te agarraste al tronco por el que seguramente cada día vuelas para ir por tu alimento. Y me viste aquí por primera vez en nuestras vidas. Aquí colgada…en tu camino. Y me observaste. Y yo a ti. Y hace frío. Pero no tengo frío. Porque la belleza y la gratitud calientan mi espíritu. Y en casa seres hermosos están cada uno en su propio proceso. Sintiendo la delicia y el placer de ese hermoso nido que lleva años esperando por ellos. Todo el Robledal está de Rebulú…porque todos hemos llegado a casa.





Mi ventana es esta hoy. Y ayer fue otra. Y cada día puede ser una diferente. Porque ya comprendí que está donde estoy yo. Donde pueda sentir y dejarme emocionar por la vida viva. Por la vida que me rodea. Por la vida que me agarra y me aprieta fuerte. Esta conmigo esa ventana. Que ya no es cuadrada. Y que ya no está´s solo en el mar. Esta conmigo y viaja en el tiempo y en el espacio. Y se desplaza. Y me da lo mejor de sí. Y lo mejor de mi. Y lo mejor de todo. Y de todos. Y me dejo embriagar. Y me dejo atrapar. Y dejo que todo se detenga. Y dejo que la ardilla en pleno vuelo se quede detenida y nos podamos comunicar. Y yo la salude. Y ella sonría como diciéndome, llegaste. Por fin llegaste. Y me siento en casa. Estoy en casa.





Cuanto ha pasado. Cuánto…cuanto¡as vueltas al Sol, cuántas vidas. Cuánto…y mi corazón se estremece. Porque no hay dos instantes iguales. Nunca. Este es este. Así. Irrepetible. Y dejar de oírte agua sería una tristeza. Y dejar de escuchar el canto de estas aves cambiaría mi momento. Y no ver estos caciques candela dejaría de tener sentido…solo puedo mirar arriba.



Bien decía aquel letrero que amo: ¨si dudas, mira hacia arriba. Pero solo lo hice una vez y casi me cuesta la vida. Solo una. N una antes. Nunca después. Y desde entonces, mi vida es otra. Es esta. Persiguiendo mis sueños. A una velocidad distinta. En un torbellino que marea. En una dicha que no se compara sino con la delicia de un amor sereno, de un abrazo eterno, de un beso lento, de un baile en la playa más hermosa del mundo.





Mi ventana. Podría seguir contigo ventana, pero en casa me esperan…y debo partir hasta otro instante en el que tengo esa cita con el ardilla y el viento. Con la mañana y el agua, con mis amigos que aunque no vea a muchos a todos siento.





Mi ventana….

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