Mientras unos ven fronteras



Yo quisiera vivir en un planeta sin fronteras y quisiera pronto reclamar mi pasaporte planetario. Pero es imposible. Hay demasiada ceguera en nuestra especie. Demasiada es demasiada. ¡Qué locura! Sabiendo que la mayoría de las especies tienen un equilibrio natural por razones simples. Sencillas. Pero no. La nuestra insiste en inventarse miles de razones para cerrar fronteras. Para ocasionar desplazamientos masivos internos y externos y eso me deja sin aliento.





Mientras unos ven fronteras yo veo desde aquí otra cosa. Y desde el aire ni se diga. No hay divisiones. No hay fronteras que dividan nada a excepción de los muros humanos hechos por el egoísmo y la barbarie del deseo de dominar siempre a las minorías. A los que no pueden. Claro. Inicialmente habría un desbalance absurdo. Todos los que sueñan con el “sueño americano” se atropellarían por llegar primero a él pero quienes no, estaríamos nuevamente construyendo nuestros espacios diferente. Y seguramente muchos de ellos se moverían de esa locura en la cual se han creído ser más grandes y poderosos que el resto. Absurdo. Porque cuando hablan de muchas cosas que suceden en otros países yo lo siento tan mío como si fuera el mío. Este del que me obligan a cargar un pasaporte y por el cual me miran por el ojo del rabillo siempre como si fuera una criminal. Como si cargara cocaína o cualquier otra cosa. Sabiendo que de ser así, sería para los pobres individuos de allá o de esos lugares en donde nuestros pobres humanos ya no son felices con su propio cuerpo ni con lo que los rodea, entonces les toca recurrir a otras cosas que le cuesta la vida a tantos.





Mientras unos ven fronteras yo veo la tierra abierta y “open” a todo. Dispuesta a que recuperemos un balance perdido hace años. Eso de “conquistado y conquistador” se debe acabar y eso es lo que he sentido últimamente caminando por las calles de mi ciudad. Que han regresado. Que viene otra vez una dominación de afuera. Y están por todas partes. De todas las nacionalidades. Y empiezo a sentirme extranjera en casa y no me chocaría mucho si las condiciones fueran equitativas. Pero no. Solo funciona de allá para acá. Entonces no es justo. No. Y no. toda relación tiene que ser recíproca. Tiene que. O sino no tiene sentido que sea relación. ¡Qué mamera! Porque de hecho ya para mi es como una invasión y veo que estos inversores tienen privilegios que para nosotros son muy difíciles de cumplir cuando ellos llegan superándonos con la conversión de ese otro invento humano, el dinero.





Mientras unos ven fronteras yo veo el cielo azul y hay veces blanco. Y entonces quisiera ser ave para cruzarme de frontera en frontera sin ese stress que nos produce llegar a un país lejano. Y quisiera que todos pudiéramos hablar un mismo idioma y quisiera que pudiéramos a través de él entendernos para comprender nuevamente que no podemos abandonar este lugar. Que este planeta es el único hogar que tenemos y que nuestro paso por él no puede superar más de cien años. Una pequeñez comparada con su edad y con la de muchas otras especies. Especialmente de flora. De esos seres gigantes y antiguos que han permanecido por muchos años dándole a él mucho más de lo que cualquier otra especie pueda darle a este planeta que hoy nos reclama más. Mucho más.





Mientras unos ven fronteras yo veo países libres y sin opresiones. Seres humanos en libertad de expresión. Seres que pueden llegar a conclusiones en donde el sentido común prima. En donde la verdad y el deseo de habitar esta Tierra mejor es el deseo de todos. Pero curiosamente hoy leo algo que me vuelve a confirmar que ese día está lejos. Que no lo veré nunca. Que mis deseos siguen siendo sueños de avanzada y que aunque hoy en otros lugares respiren de esa hermosa paz que todos merecemos, sólo unos cuantos tienen el privilegio de disfrutarla. Que aunque la mayoría deseemos la libertad unos pocos aman la esclavitud y la opresión. Y lo logran. Que por más que inhalemos y exhalemos en nuestras meditaciones falta aún mucho para que logremos equilibrar esta balanza del bien y el mal. Del amor y el miedo. De la verdad y la mentira.





Mientras unos ven fronteras yo no veo sino un campo verde y azul abierto en donde las más hermosas especies habitamos…sólo veo eso. Pero los que nos dominan no. Ellos ven algo más que yo no puedo ni siquiera sentir…

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