Transcurre lento

Pero la lentitud es diferente. Aquí es otra y aunque mis dedos estén entumecidos por el frío. Esta lentitud es mejor. Mi café los calienta. Y los calienta una historia. Una vista ayer en donde la mujer mayor no podía con la vida pero llevaba de gancho a otra más joven que ella que parecía ciega. ¡Qué curioso pensé! No pude detenerme. Pero las miré por el retrovisor y las esperé. Efectivamente es ciega. Es su hija. Y viven solas. Ambas se cuidan. Ella puede tener noventa. Su hija sesenta. Y como no ha de faltar me habló de otros hijos. Incluyendo el calavera. Que no podía faltar…

Transcurre lento. Pero salí bastante impactada. ¿Cómo podía ser esto posible? La bahía en la que las esperé no me permitió quedarme mucho así es que partí pronto no sin antes desearles lo mejor ese día.Y me quedé pensando el resto del día en ellas. Tal vez ellas en mi. Pero quizá no. Yo no tengo nada de especial para ellas a excepción de parar para saludarlas. Soy una más. Sin embargo ellas para mi si. Ví aquella mirada perdida de la mas joven. Isabel. Y tenía en sus ojos un velo blanco. No pregunté mucho. Pero al partir pensé que debió desarrollar esa enfermedad mucho después en su vida. No debió nacer así.

Transcurre lento. La madre cojeaba y llevaba un bastón. Era café. Oscuro. Brillaba en su punta. Mucho. Me llamó la atención porque así tengo un collar yo y sé que la madera como esas brilla es con el uso. Era muy hermoso su bastón. Tanto como mi collar. Y yo observé sus canas. Ya no eran solo canas en realidad. Porque toda su cabellera ya era blanca. No tenía un solo cabello negro ni café. Su hija tampoco. Parecían más hermanas que hija y madre. ¡Y me imaginé tantas realidades posibles para ellas! Que justo ahora se me salen las lágrimas de recordarlas. Fueron tantas noches las que han pasado solas ayudándose la una a la otra que me queda imposible describir lo que siento. Puedo ser yo. Puede ser uno de ustedes. Podemos ser todos. ¿Porque decidimos vivir en este tipo de comunidades en donde la gente termina en sus pequeños espacios viviendo encerrados en cuartos solitarios pegados todo el día y parte de la noche de dispositivos electrónicos que cada vez los hace más solitarios? Nuestra especie no llegará lejos.

Transcurre lento y las recuerdo y recuerdo los pliegues de Isabel y recuerdo las arrugas de su madre Antonia y me quedo perpleja ante mi computador pensando en qué calle irán hoy. Con qué esfuerzo deben levantarse y ¿para qué levantarse? ¿Cómo irán de compras por sus alimentos? ¡Cómo cargarán todo! Oh por Dios cómo harán todo! !Cómo será su casa¡ !Cómo se bañarán! ¡Cómo…!

Transcurre lento. Tan lento hoy que el frío de la mañana se apodera de mi y puedo comenzar lento. Casi siempre empezaba corriendo. Tantas cosas por hacer. Hoy decido hacer todo lento. Decido ponerme inclusive un trapito de flores que tiene bastantes recuerdos para mi en mis ojos y tapármelos. Para así simular que no veo y ver después cuanto es que puedo realmente escribir. Y prometo dejar escrito como quede a partir de aquí y por un momento más. [Porque así pueo escrinir y no ener que imaginar como es que] Imposible. Me dio algo. Algo raro. Muy raro. Como miedo. Algo que poco tengo pero que hace poco se apoderó de todo de mi. Y me paralizó. Puedo cerrar los ojos y escribir pero esta vez no.

Transcurre lento. Y cuando me tapé los ojos todo se paralizó. Así es como recuerdo y descubro lo afortunados que somos quienes tenemos todos los sentidos. Que no son solo cinco y que no todos los usan todos. Yo me exijo bastante. Por conciencia. Pero me falta más mucho más. Y por eso cuando encuentro en mi camino seres que me lo recuerdan vivo con toda la intensidad del momento lo que vienen a recordarme. Para no olvidarlo. Si claro. Tengo las teclas grabadas en mis ojos. Pero cuando ya no veo me cuesta mucho. Así como sé que escucho estas bellas melodías de Hans Zimmer hoy o siento el teclado o huelo a mi arepita tostándose por allá abajo. Y mis papilas ya empiezan a animarse.

Transcurre lento hoy el día. Y yo dejo que él tenga su ritmo.