La no-madre que quiso ser mujer



La no-madre que quiso ser mujer



Hoy tu alegría fue mi lágrima
La vida tuya, el recordatorio de mi muerte
Tu hijo, mi dolor.



Y con todo te sonrío, las espinas de mi corazón
las transformo en flores y violetas para dártelas.



En tu casa pronto existirá otra persona
En mi cuarto solamente yo, nuevamente.
En tus pasillos, una personita
En mi habitación, los libros y las promesas rotas:
El abandono y el silencio.



En tu sangre el futuro, en la mía la muerte.
En tu cuerpo la semilla, en el mío el miedo,
En tu vientre un latido, en el mío la afrenta de la violencia.
Sobre tu piel la mano de bendición, en la mía la medicina.



Tienes grande apoyo para la tarea de ser madre
A mi lado…los necesitados, los enfermos y moribundos.



Alguien dice… “pero tienes libertad, estando sola puedes hacer lo que quieras”
Yo pienso…Cómo se pueden vivir los días en soledad?



Adelante amiga, hermana “Eres una mujer!”... dice la gente
Y al parecer, yo soy un proyecto solamente.



Dios te bendiga y a tus hijos,
Tu descendencia quede en esta tierra para siempre.
Mientras muero con la vida y la muerte encerradas en la sangre.



Mis huellas en este mundo serán mis sueños solitarios,
el amor atrapado en mi alma.
Las palabras que sólo dan vueltas en mi mente.
Mis ojos mirándose a sí mismos en el espejo.
El orgullo de sentir el orgullo que sienten todos por ti.



Te sonríe así la no-madre que quiso ser mujer.



Gracia Violeta Ross Quiroga. La Paz, 8 de marzo de 2008.

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