Facebook, la semilla de una revolución con olor a jazmín



Una vez más la red arde de comentarios, pero esta vez es una revuelta en las calles y no una quedada de amigos la que se está fraguando. Túnez ha decidido optar por la democracia en la llamada revolución del jazmín que, de momento se salda con la marcha de Ben Alí del país y apenas un centenar de muertos. Los internautas con los que contactamos nos relatan que la situación aún no es estable y que quedan todavía muchos cambios por hacer. Reivindican el papel del pueblo, sólo él, a la hora de comandar los movimientos de protesta que se han desarrollado en la última semana reclamando el dinero robado a los tunecinos por la familia Trabelsi, el clan del depuesto dictador.
Alicia González



Walid Soliman, traductor al árabe de Vargas Llosa, Borges o García Márquez, se disculpa por los problemas en la red que dificultan la comunicación con Túnez, mientras leemos la noticia de que Leila Trabelsi ha salido del país con 65 millones de dólares. En las últimas horas, el ensayista tunecino nos confirma que la situación ha mejorado en las calles, si bien son ya 66 los muertos a manos del poder represor de Ben Ali los que se contabilizan, de acuerdo con las cifras oficiales. Según el bloguero Omar K, “El ejército, con el apoyo del pueblo intervenía la pasada tarde en Sousse para neutralizar a dos bandas que han atacado a la clínica y Ezzayatin de Radio Jawhara”. Porque la revolución del jazmín no es un movimiento cocinado por los intelectuales, sino “una revolución hecha por la gente”, en opinión de Soliman, a la que ha contribuido el hartazgo por la falta de libertad de expresión que se traducía en 2010 en las detenciones de periodistas como Fahem Boukaddous, corresponsal de la cadena de televisión Al Hiwar Ettounsi, acusado de “difundir información para perturbar la paz” durante los primeros brotes de descontento en el primer país árabe en abolir la esclavitud en 1848. No hay consignas; la clase política según Walid Soliman aún no se ha decidido a participar abiertamente, de manera que son intelectuales como el poeta Sghaier Ouled Ahmed quienes están intentando ayudar a la opinión pública a elegir nuevos políticos para dirigir la nave tunecina.



Ahora la amenaza es que esta revolución que de momento tiene olor a jazmín termine convirtiéndose en la puerta al integrismo. Walid Soliman, traductor de poetas tunecinos al francés y al inglés, es uno de los intelectuales concienciados de ese riesgo y comprometido con la tarea de hacer entender al pueblo el peligro de que los islamistas tomen el poder como ya lo hicieron para concienciar de los efectos tóxicos de la dictadura de Ben Ali, “uno de los regímenes más sanguinarios y antidemocráticos según el escritor tunecino, defraudado por la pasividad de la comunidad internacional. “A decir verdad, no esperamos nada. Hemos hecho esta revolución, mientras casi todos los países europeos mantenían su silencio. Su posición no ha estado al nivel de las expectativas de la población de Túnez y Francia, por ejemplo, ha estado con Ben Alí hasta el último momento y es triste que haya sido así. No ha sido un golpe de estado militar, como en otros países árabes, sino que se trata de la primera revolución popular en el mundo árabe”, asegura. El motor de estas protestas ha sido internet: “Facebook ha sido nuestra arma más fuerte”, nos dice Walid, editor de la revista digital cultural “Dedalus”. “Acción, acción” y no palabras es lo que demanda Walid para su país, aunque reconoce que “al mismo tiempo estoy escribiendo un libro sobre esta revolución de jazmín” que se ha escuchado en el país magrebí al grito de pan, agua, fuera Ben Alí, reivindicaciones de gente sencilla, pues “no hay sed de venganza, sólo de recuperar lo que les han quitado. La venganza llegará de la mano de la justicia”, concluye Soliman.



Entrevista con Walid Soliman



Ha traducido a autores latinoamericanos que han escrito sobre la dictadura…



En realidad, pienso escribir una novela sobre los acontecimientos de estos días, pero ese tipo de proyectos requieren tiempo y distancia. Los trágicos sucesos y la efervescencia popular todavía siguen y de momento no hay nada claro. Sin embargo, la lucha diaria continua para mí a través de mis artículos e internet. He estado delante del ordenador constantemente, casi sin dormir, en estos días, porque internet ha sido nuestra mayor arma desde el inicio de esta revolución. Y ahora queremos apoyar a que la gente se conciencie para evitar que los símbolos del antiguo régimen retomen el poder de nuevo.



Hay quien asegura que las dictaduras sirven de acicate a la creación….



En absoluto. La opresión es una tragedia real. Muchos autores se marcharon de sus países y dijeron cosas absurdas en lugar de luchar contra la represión e intentar cambiar esa realidad corrupta. En mi caso, como escritor e intelectual me niego a abandonar mi país, incluso aunque mi esposa es europea y podría hacerlo fácilmente. Mi decisión es quedarme e intentar contribuir a los cambios.



¿Cuáles son las principales reivindicaciones de la gente?



Por supuesto, el desempleo es una de las mayores demandas, pero la lista es muy larga: igualdad, libertad de expresión, transparencia, equidad frente a la ley, acabar con la corrupción. La justicia ha de prevalecer y por eso reclamamos la persecución de Ben Alí y su familia y la devolución de todo el dinero que han robado al pueblo.



¿Qué papel desempeña la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas’



Ésta es una revolución totalmente civil, hecha por el pueblo y para el pueblo, por tanto las asociaciones no han sido tan importantes en esto como la sociedad civil, a pesar de que muchas organizaciones han jugado un papel positivo durante los años previos. Quizá sea demasiado pronto para hablar sobre ello.



¿Está claro ya si ha sido un golpe militar?



No es un levantamiento del ejército, aunque su papel fue crucial en el desarrollo de los hechos. El general Rachid Ammar se negó a ordenar a sus soldados asesinar a la población y eso fue un punto decisivo, pues al no obedecer a Ben Ali puso al expresidente en una difícil situación. Por ello, los tunecinos tienen en gran consideración a su ejército que les ha protegido y estuvo a su lado y no contra ellos. De acuerdo con la tradición tunecina, el ejército siempre permanece neutral y nunca interfiere en los asuntos civiles del país. Es obvio que esta tradición se mantiene como lo demuestran los últimos acontecimientos.



¿“Basta ya” es la consigna después de 23 años de la misma vieja retórica?



Por supuesto, los últimos años del mandato de Ben Ali han sido desastrosos: ausencia de pluralismo, represión, corrupción y una sistemática eliminación de las voces opositoras. La gente estaba cansada de sus falsa promesas y sus constantes mentiras. Querían un cambio radical y que la situación mejorase. Deseamos que Túnez por fin viva en democracia y pluralismo.



¿El suicidio de un joven universitario en Sidi Bouzid fue la chispa o ha habido otros sucesos detonantes?



El motor fueron el suicidio de Mohamed Bouazizi, este joven parado y universitario desesperado que decidió quemarse a lo bonzo para expresar su total desesperación. Ésa es la razón de que muchos otros jóvenes le hayan secundado en otros países árabes (Argelia, Egipto, Mauritania…). Fue una tragedia totalmente inesperada para todo el mundo en Túnez, incluso para el régimen. Pero, claro que otros sucesos avivaron la llama, especialmente cuando la policía empezó a matar gente para impedir que se manifestasen pacíficamente. Esta masacre de inocentes aceleró el final e hizo posible una revuelta popular contra el régimen.



¿Por qué la Guardia Nacional sigue fiel al antiguo régimen?



Debo precisar que es la guardia presidencial la que se mantiene leal. Algunas informaciones indican que recurrieron a la política de tierra quemada para sembrar la confusión y empujar a la gente a que reclamara la vuelta de Ben Ali para salvar al país del caos. No obstante, todo esto se supo porque los tunecinos mostraron una gran solidaridad y ayudaron al ejército a atrapar a los criminales y llevarlos ante la justicia.



¿Es posible un cambio real cuando las instituciones financieras y de control están en manos de antiguas lealtades?



Esperamos este cambio real, pero es necesario un período de transición. No es sencillo pasar de una dictadura a una democracia en un día. Habrá que modificar muchas leyes para que el cambio se refleje realmente, pero algo es seguro, la gente de Túnez no permitirá la misma deriva a partir de ahora porque están hartos de tanta opresión y dictadura.



¿Cuándo se prevén elecciones libres?



De acuerdo con la Constitución, debe realizarse en un plazo de entre 45 y 60 días, aunque la situación no está clara de momento. La gente quiere un cambio radical, especialmente un cambio constitucional que posibilite elecciones libres.



¿El futuro de los tunecinos depende de ellos o necesitarán la ayuda internacional para lograr la democracia?



El pueblo está maduro ahora y no necesita ninguna ayuda externa, especialmente de Europa y Occidente que han permanecido callados hasta el fin de Ben Ali. Tan sólo necesitamos organizarnos y llevar a cabo la voluntad del pueblo.



Ha dicho que Facebook ha sido crucial en la revolución…



Durante los últimos meses, internet y especialmente Facebook se ha convertido en un arma mortífera contra la opresiva ausencia de libertad de expresión. Gracias a Facebook la gente ha podido intercambiar información y pruebas de la corrupción y la represión en Túnez. Facebook fue vital también para coordinar las manifestaciones y protestas que se han realizado en todas las regiones del país.



¿Están preparados para un eventual gobierno de emergencia?



Según las últimas noticias se ha formado una coalición de gobierno, aunque mucha gente y personalidades relevantes están en contra de ella porque muchos de sus integrantes pertenecieron al antiguo régimen. Esperar es la clave en este momento y el tiempo se acorta para conseguir un acuerdo que agrade a todas las partes.



¿Los artistas han participado en las protestas o sólo desde los medios?



Los artistas, escritores e intelectuales han participado en las protestas. La policía empleó la violencia contra ellos cuando se manifestaron delante del Teatro Municipal de la capital. Estas manifestaciones estaban totalmente prohibidas en la era Ben Ali y la policía hizo todo lo posible por impedirlas. Ahora los artistas se mezclan entre la multitud y luchan por la libertad dando apoyo al movimiento popular.



Se dice que muchos de ellos han sido arrestados…



oppression of intellectuals during the last period was stronger than any time.



A lo largo del mandato de Ben Alí los intelectuales han sido sometidos a todo tipo de hostigamiento y opresión y la persecución de los intelectuales fue más dura que nunca. Durante sus últimos días, muchos fueron detenidos con el fin de sofocar cualquier crítica u oposición, como si Ben Ali sintiera que su fin era inminente.



16/01/2011 (Publicado en Revista LEER)

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