LA FUERZA DEL AMOR



Maria Fernanda camina rápidamente y se mueve con agilidad; solamente al observarla detenidamente se da cuenta uno que esta menuda mujer camina apoyada en un par de muletas. Su rostro fino y claro denota un ser delicado y sutil. Y su mirada inteligente nos muestra a una mujer enérgica, cultivada, de agudo intelecto y alegre personalidad.



Su vida es un milagro, pues a pesar de haber nacido de cinco meses de gestación, sobrevivió a un descuido que impedía el ingreso de oxígeno a su incubadora. La consecuencia fue una parálisis cerebral que afectó su motricidad. Tras un proceso de rehabilitación y treinta y una operaciones y gracias al tesón de su padre, quien la retó permanente a sobreponerse a su discapacidad, y a la amorosa compañía de su madre, terminó su bachillerato y se atrevió a ingresar a la universidad.



Esta maravillosa mujer colombiana es hoy educadora especial, pedagoga de personas especiales.



­-¿Por qué escogiste esta carrera? - pregunté a Maria Fernanda.



La escogí porque la educación fue la etapa de mi vida en donde mayores obstáculos encontré, por la falta de aceptación de mis necesidades especiales. Porque en los colegios los maestros no estaban preparados para aceptar a una persona como yo, y comprender que tenía un ritmo diferente de aprendizaje al de los demás niños. Porque necesitaba un empujón pedagógico diferente al de la mayoría y tenía necesidades y un ritmo diferente de aprendizaje, que los maestros de entonces no comprendían...



Esta es precisamente su área de especialidad: enseñar a los padres de familia, a los maestros y educadores a tratar a niños especiales, con cualquier tipo de discapacidad: física, cognitiva, emocional o conductual.



-¿Cuál es tu enseñanza de vida, le pregunto, cuál es tu mensaje?



-Yo pretendo generar un contexto reflexivo, mostrar una opción de vida para aquellos que tienen discapacidades físicas, orientar a la comunidad, a los padres de familia y ofrecer herramientas para abordar esa discapacidad, para que rompan su temor, mostrarles caminos.



La integración como alternativa educativa, es su teoría. Maria Fernanda cree que los planteles educativos deben abrir sus puertas a los discapacitados e integrarlos con jovenes de su misma edad para que al interactuar tengan la oportunidad de “untarse de normalidad”, permitirles “contagiarse de normalidad”.




  • Crecí en una familia grande, rodeada de mis padres, hermanos, primos, tíos, y cada uno de ellos me apoyó de una manera especial. No me aislaron, compartí sin discriminación todas las actividades de recreación familiar. Me brindaron las herramientas para que me desarrollara adecuadamente en cada etapa de mi desarrollo: si no hubiera tenido el apoyo permanente de mi familia, habría creado una serie de dificultades o conductas que me habrían impedido realizarme como persona y por tanto adaptarme a la sociedad en que vivo. Si te aislan, si te hacen a un lado y te impiden relacionarte, tus capacidades no se desarrollan, con mayor razón si ya tienes una discapacidad. Más bien eso reforzará la discapacidad.



El amor mueve montañas, dice Maria Fernanda, el amor puede lograr muchas cosas que la medicina misma no llega a entender.



Recuerda que su mamá la acompañaba a la universidad y se sentaba a su lado en el aula; -en esa época yo era casi ciega (después de varias operaciones que estimularon su nervio óptico, logró tener visión) y solamente podía escuchar la clase; su mamá tomaba notas y llenaba cuadernos con todo lo que se decía en clase, y luego en casa le “bajaba” los conocimientos, se los leía, los explicaba, los repetía hasta que Maria Fernanda los aprendía. Invitaba a casa a sus compañeros para que allí estudiaran y le ofreció un entorno propicio que estimuló su aprendizaje.



También la enseñó a ser autónoma, a ser independiente, hoy maneja sus muletas como una extensión de su cuerpo gracias a su madre, quien la ponía a caminar de un lado a otro de la calle rápidamente, la instaba a subir y bajar los andenes, una y otra vez, a cruzar la calle, a dar pasos rápidos, como una persona normal, la “contagió de normalidad”.



Maria Fernanda es un ejemplo de superación, coraje y optimismo, ha escrito dos libros y tiene en preparación un tercero, con sus reflexiones de vida, que suspendió a la mitad por la falta de apoyo o de patrocinio para su publicación. En esa obra inédita recoge sus experiencias, anécdotas reflexivas de la búsqueda de un camino para las personas con necesidades especiales.



Acompañé a Maria Fernanda a su casa. Con respeto observé cómo esta valerosa mujer empuñaba con firmeza sus muletas y empujaba su cuerpo para bajar del automóvil; se dirigió al ascensor; al abrir la puerta de su casa, se volvió hacia mí para despedirse con tal naturalidad, “untada de normalidad” como dice ella, que no pude menos que abrazarla y felicitarla por su inmenso valor... Sin embargo, con dulzura me respondió:




  • pero... me siento cansada, estoy un poco cansada...



Sentí que esta delicada mujer hacía un esfuerzo cotidiano tremendo para vivir en la normalidad, en un mundo no acondicionado para hacerles más llevaderos los días a los seres discapacitados...
En un mundo que día a día exige estándares de perfección física a mujeres y hombres, lo cual genera sentimientos de discriminación hacia quienes no cumplen ese ideal de perfección, la vida de personas como Maria Fernanda son motivo de reflexión.



Regresé muy conmovida a casa y sentí un deseo interior de agradecer a Dios por la presencia de personas como Maria Fernanda, que bajo la apariencia de una limitación física ocultan un ser espiritual lleno de bondad, mensajeros de amor, verdaderos ángeles en la tierra, que nos recuerdan que la verdadera imperfección está en nuestra incapacidad para ver lo que es real y verdadero en el ser humano: el ser causal, el ser trascendental.



...Y recordé aquellas palabras de Antoine de Saint-Exupéry en su inolvidable El Principito: “sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos”...



This article is part of a writing assignment for Voices of Our Future, which is providing rigorous web 2.0 and new media training for 31 emerging women leaders. We are speaking out for social change from some of the most forgotten corners of the world. Meet Us.

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