Mi poquitico de sol



Ese poquitico hace mi día distinto. Y no solo mi día. Sino mi noche también. Está guardado en una pequeña cosita que parece salida de otra parte. Y yo la observo en las noches y me parece increíble que quienes comenzaron la industria de la energía, hayan mirado para adentro en vez de ver a ese astro brillante y gigante que nos da tanta luz y tanta energía y que está ahí y que lo podemos usar. De verdad que no comprendo. Debe haber algo en la ecuación que yo aún no veo. Porque no comprendo aún como es que no tenemos más dispositivos que acumulen energía en vez de simplemente gastar energía. Así no tendríamos que inundar ecosistemas enteros, para poder producir más energía que inclusive no necesitamos. Si me pusieran a escoger yo preferiría ver más titís y tigres y jaguares en vez de ver más luz. El río Samaná sufrirá una transformación enorme y la destrucción que quedará será tan grande que las especies mientras las inundan salen despavoridas corriendo por más rescates que hayan intentado hacer. Cuantos de ustedes abandonarían sus casas porque van a hacer esto o aquello. Si nos cuesta a nosotros….cómo les costará a ellas que las coge desprevenidas. Además, porque cuando hacen los rescates, se olvidan que esas especies tienen relaciones también… ¿Cuáles? no lo sabemos. Nos falta tanto por aprender. Por comprender…





Mi poquitico de sol lo cargo conmigo desde que conocí esta bella lámpara. Tengo muchas cosas solares. Pero esta belleza es maravillosa porque la inflo y la desinflo y la llevo a todos lados y mi proveedor de energía viene y revisa mi contador una y otra vez porque en vez de aumentar el consumo cada vez consumo menos. Y ellos se preguntan, pero ¿y ésta qué hará? y yo lo que hago es lo único que creo que me hace realmente libre. Bendita libertad cómo te amo. Elegir. Esa es mi libertad. Y la de todos. Elegir lo que es más consciente. Y yo elijo guardar mi poquito de sol en las cosas que puedo y que uso. Y me pregunto ¿por qué no todo será solar? Si es que está ahí para todos. Libre albedrío que me encanta porque me permite decidir qué quiero y qué no. Y definitivamente no quiero más deterioro en mi planeta y si para eso debo regresar a una cueva, pues voy. Porque es absurdo que vayamos de cuenta del desarrollo avanzando hacia una destrucción inminente. Hacia el uso insostenible de los recursos. De todos. Veo el desperdicio por todas partes. Y me conmueve. Vuelvo a la selva siempre que puedo. Porque allí me descontamino de tantas cosas que me abruman. Y me siento más liviana. Y guardo mi poquito de sol en todo. Hasta en la piel. Porque así mi vida es más alegre y amorosa. Cuánta falta nos hace ese sol que desperdiciamos…





Mi poquito de sol es pequeñito y me da la poca luz que necesito cada noche. No necesito mucha. Me encanta el placer de la oscuridad y de las sombras y del silencio. Me regalan todo. Me dan la posibilidad de que mi mente haga el discernimiento necesario. Es decir, piense. O sea, la use. Y eso me encanta. Cuando estoy toda rodeada de luz mi cerebro está demasiado activo y piensa a la velocidad del rayo y soy capaz de tomar muchas decisiones al tiempo. Como todos. Pero en las noches, necesito quietud. Necesito esa paz que me dan las sombras. Esa delicia que me da el ver y no verlo todo. Esa magnificencia del poder de la noche. De lo que es natural. Es un placer caminar inclusive a tientas tratando de recordar. Es maravilloso no ver todo. Porque cuando lo vuelves a ver es como cuando encuentras a un viejo amigo. Es sorprendente y te alegras. En cambio cuando siempre ves las cosas todas comienzan a ser parte del paisaje y ya no las ves.





Mi poquito de sol es hermoso y me regala tanto… Es sorprendente ver que si hemos podido desarrollar cositas lindas que espero que para producirlas no estemos haciendo daño. Porque cuando cargo mi pequeña lamparita, me siento con mi caperuza solar feliz y la hallo ademas profundamente romántica. La observo y sé que es la hoguera de mis antepasados que guardaban el fuego en una hoguera que nos dio paso al hogar. A ese que cuidamos las mujeres ancestralmente y que nos definió como especie. Porque hemos sido las mujeres las encargadas de cuidar el fuego. De mantenerlo. De siempre tener la hoguera de nuestras cocinas encendidas para alimentar nuestros seres amados. Quién creyera que algo tan elemental es lo que hace todo. Un fuego. Lo más simple y hermoso. El calor del fuego. La hoguera. El hogar.





Mi poquito de sol…

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