Me asaltan las emociones





Todas. De todo tipo. Por lo vivido. Por los presentes. Y por los ausentes. Por que eventualmente uno se pregunta, ¿habré hecho lo correcto? ¿Si es este mi camino? ¿Mi compañía? ¿Lo que quiero? ¿Lo que sueño? ¿Aquello que pensé que sería? ¿O me dejé atrapar? ¿Por lo que quieren los otros? ¿Por lo que quiere él? ¿Ella? ¿Ellos?





Me asaltan las emociones. No siempre están ahí. Hay momentos en los que parece que no me habitara. Y mi vida transcurre fluyendo libremente sin pensamientos. Sin juzgamientos. Sin sensaciones. Sin emociones. Sin ningún estado. Sólo siendo.





Me asaltan las emociones. De otros tiempos. Pasados y futuros. Correctas o incorrectas. Imposible saberlo. Sólo son. Están ahí para sentirlas. Para dejarme seducir por la belleza de lo vivido. De lo por vivir. De aquello que aún me falta. De lo que aún nos falta. A quienes me acompañan y me acompañarán. Porque es un misterio. Inevitable. Hermoso. Increíble.





Me asaltan las emociones de la compañía. De la soledad. Del silencio. De la felicidad y la tristeza que somos. De esos sentimientos que nos hacen tan humanos. Tan impredecibles. Tan delicadamente complejos. Hoy somos. Mañana no. Hoy estamos. Mañana no. Porque así somos. Seres humanos llenos de emociones y sensaciones que no podemos ni debemos reprimir. Solo dejar salir de nuestro corazón.





Me asaltan las emociones. No siempre sucede. Pero hoy sucede. Así de simple. Ante esa misma música siempre. Siempre. Ante la serenidad de un día cualquiera que me roba el aliento. Que me quita instantes pero me da sensaciones. Ante el frío que se cuela por aquella ventana. Ante la neblina que se levanta suavemente de las hojas. Ante el rocío. Ante esos rayos sutiles que traspasan la mañana.





Me asaltan las emociones. De este instante preciso deslizando mis dedos sobre este teclado. De mi pensamiento yendo allí o allá. De mi propia creación. De mis invenciones. De mi. De ti. De todos y de todo. De esta incomprensible sensación de tenerlo todo y no poseer nada. De la certeza de mis pasos y de los tuyos. De la claridad del día en que te traje al mundo. Milagrosamente. De la sobriedad de las palabras no dichas y de las escuchadas. De mi tiempo allí. De este tiempo aquí.





Me asaltan las emociones de repente. Y yo me dejo llevar para sentirlo todo. Con toda la furia. Como Pessoa. Como aquellos que sentimos tan profundamente todo y nos acercamos así a una vida plena. Vivida con plenitud y sin temor. Caracterizada por distinta. Pero siempre libre. Siempre viva. Siempre especial.





Me asaltan las emociones y me atrapan. Me dejan ahí sumergida en un tiempo sin tiempo. Es un calor sin calor ni frío sin frío. Simplemente sintiendo. Solamente ahí. En la quietud de un espíritu. En la complicidad de los espíritus. Así me asaltan las emociones.

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